DENUNCIA
DELITO TIPIFICADO EN EL ART. 260 DEL CÓDIGO PENAL
Señor Juez:
JOSÉ
LUCAS MAGIONCALDA, abogado Tº 62 Fº 671 del CPACF,
constituyendo domicilio en Lavalle 1773, 6º “C”, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
I.-
PERSONERÍA: Conforme se acreditará con la
presentación del poder judicial correspondiente, soy apoderado de CIUDADANOS
LIBRES POR LA CALIDAD INSTITUCIONAL ASOCIACIÓN CIVIL, con
domicilio en Lavalle 1773, 6º “C”, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Milani con un simpático uniforme de combate |
II.-
OBJETO: Siguiendo expresas instrucciones de mi
mandante, vengo a denunciar la posible comisión de conductas tipificadas en el
art. 260 de Código Penal (malversación de caudales públicos) por parte del Sr.
Jefe del Estado Mayor General del Ejército, Teniente General CÉSAR
SANTOS GERARDO DEL CORAZÓN DE JESÚS MILANI, conforme
las consideraciones que paso a exponer:
III.-
HECHOS: El diario PERFIL publicó,
en su página web, el 06/03/2015, una nota titulada “Exclusivo:
Milani gastó $ 16.000 en una cena y compró un whisky a nombre del Ejército”, cuyo
autor es el destacado periodista LUIS GASULLA.
En la
mencionada publicación, GASULLA sostiene lo siguiente:
“La madrugada del sábado 11 de octubre del año pasado, el General César
Milani envió a uno de sus hombres de confianza a comprar un whisky marca
Glenlivet 12 años. Lo hizo en la vinotera Winery de la capital mendocina donde
estaba participando de un encuentro organizado por él junto a empresarios y
políticos de esa provincia. La factura Nº0069-00025642 se realizó a nombre de
la Contaduría General del Ejército evitando el pago del 21% en IVA.
El whisky, según los especialistas consultados por Perfil.com, no es de
los más costosos. A Milani le salió sólo 476 pesos. En Winery informaron que su
valor de venta al público actual es de $690. Perfil.com accedió a los
documentos en forma exclusiva. Pero Milani no sólo facturó la compra a nombre
de la Contaduría del Ejército sino también la cena con 15 camaradas de la
fuerza por un monto que superó los 16 mil pesos.
"Fue una cena especial que solicitó Milani y pidió total
discreción" aseguró un empleado del restaurante Nadia OF, ubicado al lado
de Winery. Agregó que "fueron 15 personas vestidas de civil y Milani pidió
que se le sirviera el vino que ellos mismos trajeron". Por lo tanto la
comida salió 1.500 por persona sin incluir la bebida. No conforme con la
atención, el "General de Cristina", decidió comprar un whisky esa
madrugada en el local lindante que permanecía abierto toda la noche. "Cuando
hacen esos eventos, la vinoteca está abierta" explicó otro empleado a este
medio. La cena también se facturó a nombre de la Contaduría del Ejército lo que
indignó a más de un presente. Los integrantes de la comitiva de Milani se
cruzarían, más tarde, con los invitados al cumpleaños de la soprano mendocina,
Verónica Congemi.
El local de vinos recibió al hombre de Milani a las 2:41 de la
madrugada de ese sábado del fin de semana largo. Al lado de Winery, en la calle
Chile 894 en el centro de la ciudad mendocina, se ubica el restaurante más
importante de la provincia: Nadia OF. En septiembre del 2013, el prestigioso
resto se mudó allí sumando un amplio patio y galería para “potenciar el estilo
mediterráneo” como explicó a los medios locales su chef y propietaria, Nadia Haron.
La mujer nacida en el país vasco está casada con José Manuel Ortega Fournier
propietario de bodegas O Fournier.
El viernes por la noche el encuentro social, en el exclusivo
restaurante ganador de los premios más importantes de la gastronomía argentina,
se extendió hasta altas horas de la madrugada del sábado. Luego de la
presentación de la soprano mendocina, Verónica Congemi en el Teatro
Independencia, un grupo selecto de invitados caminó hasta el cercano
restaurante. Allí se cruzaron, casualmente, César Milani con José Luis Manzano
y el diputado radical Julio Cobos que, según uno de los asistentes que
presenció la escena, se acercó a saludarlo. Consultado por Perfil.com, Cobos
negó "conocer en persona a Milani" y relató que estaba "invitado
al cumpleaños nº 50 de una soprano muy conocida".
Lo que sí reconoció el radical es que mantuvo una charla con Manzano
junto a la soprano. Cristina Cerrutti, esposa del candidato a radical, posó
sonriente escuchando al ex ministro del Interior de Carlos Saúl Menem. "Las
últimas dos veces que vi a Manzano fueron esa noche y en la fiesta de la
Vendimia", explicó Cobos.
No es la primera vez que César Milani es motivo de notas periodísticas
por sus excéntricos gastos. En junio del 2014, el sitio Eliminando Variables,
publicó los millonarios gastos de las fiestas que organizó el General de
Cristina calificados como “adquisición de servicios de ceremonial para el
Cuartel General” por $1.197.350. En aquel encuentro, se había pedido,
especialmente, caviar rojo y negro. Pero, a diferencia de aquella ocasión,
estos gastos serían estrictamente personales.
Bicicleta burocrática.
Perfil.com se comunicó con la Contaduría General del Ejército. Su
secretario llamado Néstor amablemente sugirió consultar directamente a la
Secretaría General del Ejército. Otro empleado de la Contaduría se ofuscó ante
la requisitoria periodística: “Imagino que en Perfil también se pasan gastos
por comidas y bebidas”. Ante la respuesta de que, difícilmente se rinda la
compra de un whisky y que, en todo caso, es una empresa privada, el
interlocutor explicó que se podría tratar de “un regalo institucional del
General”. Para el empleado de la Contaduría “no es llamativo gastos así” y
“ustedes hablaron de las fiestas de Milani pero no es delito rendir festejos”.
Sin embargo, Prensa del Ejército no supo responder qué se festejaba aquel 11 de
octubre en Mendoza.
La secretaria de Milani dijo que no estaba al tanto de la situación y
sugirió llamar al General José Eduardo Arce que, a su vez, derivó la consulta
al suboficial Mayor Álvarez, encargado de Presupuesto. Pero Álvarez le
respondió a Perfil.com que “los que pueden evacuar sus dudas son los de Prensa
que seguro informarán bien”. Prensa, a cargo del Coronel Alsina, solicitó
formular las preguntas vía correo electrónico a su secretaria. Durante un día,
el Ejército Argentino y su Contaduría no supieron qué responder sobre ese
extraño encuentro mendocino, su whisky y su héroe, parafraseando al Indio
Solari. Oficialmente, nadie negó ni explicó qué pasó aquella madrugada
mendocina.”
Los hechos
expuestos en la nota que se transcribe nos permiten señalar, con un elevado
grado de certeza, que tanto la cena que allí se menciona, solventada con fondos
públicos, como la botella de whisky adquirida en nombre del Ejército Argentino,
no corresponderían a un acto oficial. Y ello es así, no sólo porque el Ejército
no dio cuenta de tal actividad oficial con carácter previo, sino también porque
los funcionarios de dicha institución, ante la requisitoria periodística, no
pudieron explicar tales conductas con posterioridad a que las mismas
ocurrieran.
IV.
EL DERECHO: Sin entrar a efectuar consideraciones
respecto de la austeridad que debe regir a un alto jefe militar de la Nación,
lo cual debiera ser motivo de las correspondientes investigaciones
administrativas, lo cierto es que la posible utilización de fondos públicos con
fines privados constituye un ilícito que vulnera normas de carácter legal.
Así,
el art. 2º de la ley 25.188 (modificada por ley 26.857) establece en relación a
los funcionarios públicos:
“Los sujetos comprendidos en esta ley se encuentran obligados a cumplir
con los siguientes deberes y pautas de comportamiento ético: …
…c) Velar en todos sus actos por los intereses del Estado, orientados a
la satisfacción del bienestar general, privilegiando de esa manera el interés
público sobre el particular; …
…f) Proteger y conservar la propiedad del Estado y sólo emplear sus
bienes con los fines autorizados. …”
Asimismo,
el art. 9, inc. 16, del Código de Disciplina de las Fuerzas Armadas (Anexo IV
de la Ley 26.394), considera que incurre en falta leve “El militar que no conservare debidamente la propiedad del Estado”;
y el art. 10, inc. 5, del mismo Código
considera que incurre en falta grave “El
militar que no conservare debidamente la propiedad del Estado causando
perjuicio al servicio”.
En
definitiva, la legislación regulatoria de la función pública, tanto respecto de
los funcionarios en general, como de los funcionarios que poseen estado militar,
considera un ilícito la utilización no autorizada de los bienes del Estado.
Así,
el empleo de efectos o caudales del Estado para una actividad prohibida, en
razón de no estar prevista por la legislación vigente (como lo es utilizar
fondos públicos con fines privados) SIEMPRE constituye una aplicación de los
fondos diferente de aquella a la que estuvieren destinados, en tanto que el
destino de los medios en cuestión jamás puede ser ilícito.
En
efecto, la contracara del principio de reserva, plasmado en el art. 19 de la
Constitución Nacional, según el cual, nadie puede ser obligado a hacer lo que
la ley no manda ni a dejar de hacer lo que la ley no prohíbe, es que los
funcionarios están obligados a hacer lo que la ley manda y tienen vedada la
realización de aquellos actos que las normas no autorizan. De ahí la ilicitud
del empleo de fondos con fines no autorizados.
En razón
de lo expuesto, de confirmarse las conductas descriptas, el Sr. Jefe del
Ejército estaría incurso en el delito tipificado en el art. 260 del Código Penal que expresamente establece: “Será reprimido con inhabilitación especial
de un mes a tres años, el funcionario público que diere a los caudales o
efectos que administrare una aplicación diferente de aquella a que estuvieren
destinados. Si de ello resultare daño o entorpecimiento del servicio a que
estuvieren destinados, se impondrá además al culpable, multa del veinte al
cincuenta por ciento de la cantidad distraída.”
V.- PETITORIO: Por todo lo expuesto,
pido se investiguen las conductas denunciadas.
Proveer de
conformidad
SERÁ JUSTICIA
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